Trabajo siempre…

Trabajo siempre…
para mantener la armonía de mi caos,
el equilibrio de mis locuras;
para desvanecer mis dudas,
para arrancar arbustos de pesimismo,
para que el fondo de mi mismo
sea una fuente de magia;
de una ilusión que contagia:
arreboles de ternura,
alboradas de dulzura.
Deshollino los volcanes de mi furor,
arranco los baobas del rencor,
dedicado me apasiono
para construir un trono,
donde mi rosa
sea proclamada diosa
de mi mundo soñador.
Trabajo para el amor
como fuente inagotable,
soy el incansable
forjador de la utopía,
hasta que llegue el día
en que mi sueño de rosa
vuele en alas de mariposa…
pétalos y versos
unidos en infinitos besos.