Pero la serpiente era astuta,
tanto como para colarse
en el dulce cuento de El Principito.
Lo convenció de muchas mentiras,
le ocultó tantas verdades,
le sedujo con el brillo
de su falsa sabiduría,
le hizo sustituir el café
por una copa de veneno
cada día
y así fue por la vida
inyectando en otros el optimismo
que no guardaba para sí mismo
arrancando en otros una sonrisa
para después quedar con cara
de ir a misa
era un principito sin cabellos rubios
un Peter Pan que no volaba
pero que perseguía sombras,
era un títere de madera
embaucado por un hada.
La serpiente,fiel a la cita
nunca demoraba
tuvieron muchas batallas
en las colinas de ilusiones
en los valles de tristeza
siempre le mordía los talones
y él nunca
le encontraba la cabeza
con frecuencia se rendía
sangrando sus porqués
aunque siempre
se levantaba
una y otra vez
.
En tu tierra será la hora del té
aquí hay una pelea
entre primavera e invierno
y es la hora de otra copa
de veneno.
Julio Valencia.
Copyright 2018 © all rights reserved