Tengo mis garras
-dijíste-
más fuertes que un cincel,
de los tigres me defenderé.
son solo espinas,
pensé,
¿Qué me pueden hacer?
han de rasgar mi piel.
o romper mis tejidos,
como a un papel,
pequeñas heridas
que vendaré,
con cuidados y amor
sanaré,
Ay! Rosa,
Rosa del porqué
sólo quería
tus pétalos de miel,
ser tu devoto,
protector,
amante fiel
pero fuiste
más allá
de lo que imaginé,
no heriste mi tacto,
estoy intacto
de la cabeza a los pies,
pero, Ay!! Rosa
dulce y cruel
me heriste la Fé…
Julio Valencia.
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